La situación ambiental de nuestra ciudad sigue deteriorándose con el paso de los días, y uno de los aspectos más alarmantes es la creciente contaminación y descuido de nuestros canales de agua. Hoy en día, no solo las calles de Bogotá se han convertido en basureros, sino que los canales de agua, esenciales para el correcto drenaje de la ciudad, están plagados de residuos sólidos que ponen en riesgo tanto el medio ambiente como la salud pública.
“A pesar de que las entidades responsables de su mantenimiento, como el Acueducto de Bogotá y Aguas Bogotá, tienen la obligación de garantizar su limpieza y conservación, la situación sigue siendo crítica. La acumulación de basuras y escombros en estos espacios no solo representa una amenaza, sino que también aumenta las probabilidades de inundaciones, que, en temporadas de lluvias intensas, se convierten en un grave problema para la ciudad”, indico el concejal Torrado.
Es importante recordar que el 10 de noviembre de 2024, el alcalde Carlos Fernando Galán reconoció públicamente esta crisis y admitió que los canales de Bogotá se encuentran en un estado de abandono. Sin embargo, a pesar de las palabras del mandatario, más de dos meses después de este pronunciamiento, no se ha visto ningún cambio significativo. La respuesta de las autoridades sigue siendo insuficiente, lo que genera una gran frustración en los ciudadanos que a diario se enfrentan a las consecuencias de esta negligencia.
Lo más preocupante es que, ante el continuo deterioro de los canales y el riesgo constante de inundaciones. Esta actitud evasiva demuestra una falta de compromiso con los problemas reales de la ciudad y una desconexión alarmante con la situación que viven los bogotanos.
“Hoy me pregunto ¿Qué estamos esperando? ¿Acaso necesitamos que se repita una emergencia como la que afectó a la Autopista Norte, cuando el colapso de los canales y la acumulación de aguas pluviales dejaron a esa salida de la ciudad completamente intransitable, para que las autoridades tomen medidas serias y efectivas?” señalo Rubén Torrado.
La realidad es que, en lugar de esperar a que las emergencias se multipliquen, debemos exigir medidas inmediatas y concretas. La descontaminación de los canales no puede seguir siendo una promesa vacía. Las acciones deben ser urgentes y deben involucrar tanto a las autoridades locales como a la ciudadanía en un esfuerzo colectivo por recuperar nuestros espacios públicos y garantizar un futuro más sostenible para la ciudad.
Las entidades encargadas de este proceso deben implementar planes de limpieza y mantenimiento de los canales de manera continua, que incluyan la recolección de residuos sólidos, la eliminación de escombros y la intervención en puntos críticos donde la acumulación de basura pone en riesgo el drenaje adecuado de las aguas lluvias.
Esto no solo evitaría futuras inundaciones, sino que también mejoraría la calidad del agua y reduciría los riesgos de enfermedades transmitidas por aguas contaminadas.
Además, es necesario que se realicen campañas de concientización y educación ciudadana, donde se explique la importancia de cuidar nuestros canales y cómo la participación activa de todos puede hacer una diferencia. Solo a través de un esfuerzo conjunto será posible frenar el avance de la contaminación en nuestras vías fluviales y lograr una Bogotá más limpia y saludable.